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Cuando una cadena de suministro cambia de un día para otro

El brote del COVID-19 ha cambiado la forma en que las compañías planifican su capacidad y la demanda en un abrir y cerrar de ojos. Hay empresas que han duplicado o triplicado sus ventas en el último mes y, por otro lado, hay sectores completamente paralizados.

Los retailers de artículos gran consumo o Fast-Moving Consumer Goods (FMCG) se han encontrado con un inesperado aumento de la demanda sin precedentes que, la mayoría de ellos, no puede cubrir por completo. Este cambio en el patrón de la demanda también afecta sus flujos aguas arriba de la cadena de suministro, donde los proveedores y fabricantes se enfrentan a este pico, combinado con interrupciones o demoras en las entregas de materias primas, ya que varias fábricas han tenido que cerrar sus puertas por la pandemia.

Varios fabricantes de bienes de gran consumo están tomando las siguientes medidas para gestionar sus operaciones:

  • Priorizar los artículos de primera necesidad en el mercado y los de mayor rotación en las líneas de producción (reducir el mix de productos del catálogo).
  • Retrasar el lanzamiento y la producción de novedades si no son artículos de primera necesidad para la población.
  • Producir artículos localmente, mientras sea posible, para llegar a los mercados locales más rápido.
  • Pensar en ubicaciones alternativas para la fabricación ya que cualquier instalación podría cerrarse temporalmente si se identifica un caso de virus en alguna de ellas.
  • Identificar posibles cortes de suministro y prepararse para cambiar las líneas de producción. Lo mismo para las redes de distribución.
  • Estudiar los cambios temporales de la cuota de mercado del sector y conocer la situación de la competencia. Es posible que otros players tengan roturas de stock de materias primas y la demanda que les corresponde tenga que ser cubierta temporalmente.
  • Asignar el stock disponible de manera justa cuando su demanda es mayor que su disponibilidad.

Por otro lado, hay empresas que han tenido que paralizar sus operaciones y se enfrentarán a un escenario totalmente incierto en el momento en que puedan reabrir, por ejemplo, en moda, textil, perfumería, turismo … Probablemente, la mayoría del stock que compraron para la temporada de primavera no se venderá en absoluto.

La verdad es que todas las empresas se enfrentan a las mismas preguntas y retos: ¿cuánto tiempo va a afectar el COVID-19 a sus cadenas de suministro? ¿Cómo va a cambiar la demanda cuando termine este brote? ¿Cuáles serán los hábitos de consumo de los clientes en el futuro?

Algunas recomendaciones:

  • Marcar este evento en el sistema de aprovisionamiento y optimización de stock para excluirlo de futuros análisis de datos históricos (o guardarlo manualmente si su empresa no tiene un software).
  • Reducir los períodos de planificación de la cadena de suministro lo suficiente para poder hacer frente a los cambios inesperados de la demanda.
  • Pensar en grande: intentar identificar proveedores alternativos, rutas de transporte y capacidad adicional para agregar a su cadena de suministro si aparece una nueva pandemia, en caso de que su empresa lo necesite.
  • Mejorar las operaciones de comercio electrónico ya que ha demostrado ser un canal fundamental en estos momentos. Si aún no han desarrollado la estrategia de omnicanalidad en tu empresa, es el momento de hacerlo, y si necesitan ayuda, ¡llámenos!
  • Hacer planes para el futuro: ¿cómo se preparará tu empresa para el próximo brote? ¿Cuáles son los aprendizajes de todo esto?

Autora: Casandra Cabrera
Fecha de publicación: 2 de abril de 2020